Hola a todos.
Los acontecimientos se suceden, arden las bambalinas. La diferencia entre Ana Karenina y Perséfone es que esta última es brabónica y cornariana de planta y alzada, y sería por tanto el tren el que descarrilase si ella decidiera arrojarse a la vía. Y ya lo ha decidido. De hecho, planea comerse el turrón en Koka Kolus con su nueva pareja, caiga quien caiga. A los Padres no les llega la camisa al cuerpo, los Castrurias apelan a la Razón de Estado para demandar sensatez y cordura y hasta el Ejecutivo, tembloroso, estudia reunir un gabinete de crisis pero ella, cegada por la pasión, no atiende a razones, está desbocada. Ya ha dado órdenes a sus correveidiles de turno para que filtren nombre y y referencias del novio y forzar así la salida mientras Cachuzo, desesperado, exclama como la du Barry ¡un petit moment!, tratando de retrasar lo inevitable aunque sólo sea hasta el próximo puente...
Por otra parte, la tenista ya aterrizó en Cornaria flanqueada por su padre y su representante; se alojan los tres en un céntrico hotel de Cóndal Almorávidi y mañana se reunirán con dos directivos de cierta cadena alegre, mientras esperan una oferta de la Casa, que anticipan por supuesto sustanciosa.
En otro orden de cosas y a título de mera curiosidad, comentaros que la Familia se agregará a la foto de la victoria cuando lleguen los marineros del Ketunketari. Un saludo a todos.
Herederos de Pilar.
PD. En estos momentos Padre e Hija se hallan reunidos y buscan acercar posturas en su recóndito reservado habitual.
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