sábado, 15 de octubre de 2016

2010 ODYSSEY TWO

Hola a todos.

Como bien sabéis hemos permanecido siempre fieles a la palabra escrita, sin experimentar jamás la tentación de incorporar material gráfico a nuestro blog. Jamás...hasta ahora. Si en 2001 un Stanley Kubrick en órbita nos hubiese deleitado con semejantes planos exteriores de nuestra Fiesta Galáctica, los críticos de cine habrían elegido sin duda alguna inhibirse en beneficio de los psiquiatras. Y sin embargo lo mejor está, como de costumbre, por llegar. Pero resistamos a la tentación, y vayamos por partes.

Algunos (románticos empedernidos), juzgan que la Princesa, presa de una súbita e irrefrenable pasión revolucionaria, interpreta su lotería vaginal en clave de gigantesco paso para la Humanidad y los derechos del proletariado. Otros (aficionados a la Historia, quizás), que la monarquía pret a porter, sujeta a la modernización selectiva según cada capricho o urgencia del momento, se columpia ya en la antesala de las más refinada cumbre alcanzada jamás por el Despotismo Ilustrado, la de Vestir como el pueblo, pero sin el pueblo. Y están por último aquellos (matriculados en psicología u oferentes de empleo con inquietudes), que se abonan a cualquier crisis existencial e invocan el too young to die, too old to rock'n'roll, para teorizar sobre el augusto problema de que a los monárquicos no les gusten los macarras, y a los macarras no nos guste la monarquía...(de acuerdo, serían dos problemas...por lo menos). Pero lo cierto es que hay una explicación mucho más sencilla que todo esto.

Zenovia no se rinde. Si tratan de impedir que sus hijas reinen se llevará a los Brabones por delante, y quiere dejarlo bien claro. Y si su marido no renuncia de inmediato al amor de Miss Schroeder está dispuesta a hacer público que...pero un momento, es mejor comenzar la historia por el principio y aún no disponemos de todos los detalles. Continuará. No, en breve, ya lo veréis. Un saludo a todos.

Herederos de Pilar.

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